Potasio y fósforo son los minerales más presentes en el salmón. Esto significa que su carne ayuda a la función de los nervios, a la contracción de los músculos y a que el ritmo cardiaco se mantenga constante. Es rico en yodo, necesario para convertir los alimentos en energía. Necesitamos el yodo para el funcionamiento normal de la tiroides y para la producción de las hormonas tiroideas. Solo tiene un inconveniente, común al resto de pescados azules: su contenido en purinas. Nuestro cuerpo las transforma en ácido úrico, por lo que el salmón no está indicado en personas con ácido úrico elevado ni gota. Para más información y obtener estos productos, visite HEB